miércoles, 15 de septiembre de 2010

*Calentamiento Global*

La deforestación y la degradación forestal son una de las causas más importantes del calentamiento global, además de fuente de emisiones de gases invernaderos, por lo que se deben aplicar propuestas que fomenten una gestión óptima de los bosques en la lucha contra el cambio climático.
"El papel de los bosques en la mitigación del cambio climático es pieza clave por su capacidad de almacenamiento de carbono y por ser una alternativa a los combustibles fósiles", ha dicho hoy la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, durante la apertura de la jornadas 'Reducción de Emisiones de la Deforestación: Un mecanismo social, económico y ambiental'.
Para la secretaria de Estado, una correcta gestión forestal contribuye de forma decisiva a retirar el carbono de la atmósfera de una manera segura y barata además de optimizar la función de los bosques como sumideros de carbono.
El cambio climático representa un gran reto medioambiental y por eso se necesitan respuestas a escala global. El programa internacional REDD (reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques), trata de crear un valor monetario para el carbono acumulado en los bosques, ofreciendo incentivos a los países en desarrollo para que reduzcan las emisiones .

El problema no se resolverá, dijo, hasta que las naciones desarrolladas se comprometan en verdad a reducir sus emisiones de GEI y, sobre todo, mientras no haya un cambio radical en el estilo de vida de millones de consumidores en todo el mundo.
La magnitud del cambio económico es tal, ejemplificó por su parte Gabriel Quadri de la Torre, director de la compañía EcoSecurities México, que de acuerdo con proyecciones de la Universidad de Yale, si la humanidad quiere evitar que la temperatura global suba más de 1.5 grados centígrados necesita bajar su ritmo de emisiones de GEI a sólo un cuarto del actual.
Aunque se trata de un cambio muy significativo en el modo de producción industrial, que a su vez provocaría muchos más en la dinámica social, es posible e incluso urgente realizarlos, en aras de evitar un caos climático posterior, subrayó.
En el mismo sentido, Carlos Muñoz Piña, director general de investigación en política y economía ambiental del Instituto Nacional de Ecología, comentó que si no se actúa fuerte y rápido un cambio en el ritmo del consumo, como advirtió en 2006 el economista británico Nicholas Stern, la situación en el futuro será simplemente inmanejable.

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