La energía de un tsunami depende de su altura (amplitud de la onda) y de su velocidad. La energía total descargada sobre una zona costera también dependerá de la cantidad de picos que lleve el tren de ondas (en el maremoto del océano Índico de 2004 hubo 7 picos). Este tipo de olas remueven una cantidad de agua muy superior a las olas superficiales producidas por el viento.
Antes, el término tsunami también sirvió para referirse a las olas producidas por huracanes y temporales que, como los maremotos, podían entrar tierra adentro, pero éstas no dejaban de ser olas superficiales producidas por el viento, aunque se trata aquí de un viento excepcionalmente poderoso.
Tampoco se deben confundir con la ola producida por la marea conocida como macareo. Éste es un fenómeno regular y mucho más lento, aunque en algunos lugares estrechos y de fuerte desnivel pueden generarse fuertes corrientes.
La mayoría de los tsunamis son originados por terremotos de gran magnitud bajo la superficie acuática. Para que se origine un maremoto el fondo marino debe ser movido abruptamente en sentido vertical, de modo que una gran masa de agua del océano es impulsada fuera de su equilibrio normal. Cuando esta masa de agua trata de recuperar su equilibrio genera olas. El tamaño del tsunami estará determinado por la magnitud de la deformación vertical del fondo marino entre otros parámetros como la profundidad del lecho marino. No todos los terremotos bajo la superficie acuática generan maremotos, sino sólo aquellos de magnitud considerable con hipocentro en el punto de profundidad adecuado.
Un maremoto tectónico producido en un fondo oceánico de 5 km de profundidad removerá toda la columna de agua desde el fondo hasta la superficie. El desplazamiento vertical puede ser tan sólo de centímetros; pero, si se produce a la suficiente profundidad, la velocidad será muy alta y la energía transmitida a la onda será enorme. Aun así, en alta mar la ola pasa casi desapercibida, ya que queda camuflada entre las olas superficiales. Sin embargo, destacan en la quietud del fondo marino, el cual se agita en toda su profundidad.
La zona más afectada por este tipo de fenómenos es el Océano Pacífico, debido a que en él se encuentra la zona más activa del planeta, el cinturón de fuego. Por ello, es el único océano con un sistema de alertas verdaderamente eficaz.
Definición de Tsunami
De origen japonés, su significado es “ola gigante que llega al puerto”. En realidad no se trata de una ola sino de una serie de ellas que se producen en una masa de agua al ser empujada con violencia por una fuerza con desplazamiento vertical.
Técnicamente es un disturbio producido en el mar por un fenómeno que impulsa y desplaza verticalmente una columna de agua produciendo un desequilibrio de niveles que se manifestara en un tren de ondas largas propagadas a mucha velocidad, que al llegar a costas de islas o continentales infieren una tremenda devastación, introduciéndose muchos metros, incluso kilómetros dentro del territorio.
Aunque muchos hayan confundido los tsunamis con los maremotos (movimientos sísmicos en el lecho marino) no es el único fenómeno externo que puede producirlos (aunque sean causa del 96 % de los casos). Otras causas son las erupciones volcánicas, los desplazamientos de lava hacia el mar, el choque de meteoritos contra las aguas, derrumbes costeros, desprendimientos glaciarios e incluso explosiones de gran magnitud (pruebas nucleares).
Técnicamente es un disturbio producido en el mar por un fenómeno que impulsa y desplaza verticalmente una columna de agua produciendo un desequilibrio de niveles que se manifestara en un tren de ondas largas propagadas a mucha velocidad, que al llegar a costas de islas o continentales infieren una tremenda devastación, introduciéndose muchos metros, incluso kilómetros dentro del territorio.
Aunque muchos hayan confundido los tsunamis con los maremotos (movimientos sísmicos en el lecho marino) no es el único fenómeno externo que puede producirlos (aunque sean causa del 96 % de los casos). Otras causas son las erupciones volcánicas, los desplazamientos de lava hacia el mar, el choque de meteoritos contra las aguas, derrumbes costeros, desprendimientos glaciarios e incluso explosiones de gran magnitud (pruebas nucleares).
Como se producen los Tsunamis
Ahora bien, no todo fenómeno natual es idóneo para producir un tsunami; en el caso de los maremotos, los principales agentes, el movimiento no debe ser inferior a 6,5 en la escala de Richter y a su vez, producido a una profundidad no menor a 6.000 metros.
Desencadenada la fuerza suficiente para generar el desequilibrio de niveles en el agua, esta tiende a recuperarlo rápidamente dando lugar a la formación de olas o trenes de olas de gran extensión en longitud y escasa altura (un metro aproximadamente) lo que las torna imperceptibles en alta mar, aún a pesar de llevar una velocidad promedio de 700 kilómetros por hora (casi la misma velocidad de un jet comercial). Esta variable es directamente proporcional a la profundidad donde se ubica el epicentro del desastre.
A medida que se acerca a la costa sufre un fenómeno de refracción, disminuyendo la longitud de onda, disminuyendo también la velocidad, pero incrementándose considerablemente en altura.
Al momento de precipitarse sobre el territorio puede hacerlo de dos formas posibles, de acuerdo a la topografía y batimetría del lugar,: como una masa espumosa, sin demasiada altura pero con una fuerza incontenible que arrastra todo a su paso, o como “marea viva”, de manera de ola gigantesca con un promedio de altura de 20 metros (se han registrado olas de un poco más de 40 metros).
El desencadenamiento del tsunami es precedido por un retroceso de algunas decenas de metros del agua desde la costa para luego de 20 minutos promedio, arremeter con toda su fuerza destructora.
El desencadenamiento del tsunami es precedido por un retroceso de algunas decenas de metros del agua desde la costa para luego de 20 minutos promedio, arremeter con toda su fuerza destructora.
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